Encontrar el bienestar en los despertares nocturnos no es evidente. Pero las noches son de gran inspiración. Salir del sueño y aun tocando la sabiduría inmaterial, mantenerte tranquilo y recordarte lo que has traído de tus sueños, es muy enriquecedor. Si haces el esfuerzo de escribir lo que está en tu mente, el refuerzo es enorme.
Recuerdo las mañanas que me despierto después de una completa noche de dormir. Es como volver de un viaje largo. Estar descansada completamente y recordándote el sueño que has tenido o no. He disfrutado de estás noches casi toda mi vida. Era algo normal. Lo agradezco, aunque antes me parecía algo normal. No era hasta pasar este mes sin dormir que me daba cuenta que dormir bien y despertarte por la mañana descansada, es un proceso maravilloso. Y aunque en mi recuerdo mantengo este bienestar de dormir una noche entera, ahora también agradezco el poder dormir y despertarme varias veces en una noche.
Si abrazamos lo inevitable, lo menos deseable se vuelve algo para agradecer.
Cómo llegó a este mes sin dormir es irrelevante. Lo que hice este mes sin dormir es lo que importa. Lo sufrí mucho, no entendí porque me tenía que pasar esto a mí, pero ahora reconozco que ha sido un aprendizaje necesario y muy profundo. He aprendido a agradecer cada minuto que duermo, he aprendido a meditar mejor, he aprendido a enfocarme y concentrarme, he aprendido que encontrarme mal no era el fin del mundo, pero un empiezo de algo nuevo.
Era un mes que nunca olvidaré. También fue un mes que llevo en mi corazón por todo el aprendizaje que me ha traído. Gracias. Gracias. Gracias.
Aprender a meditar ha sido difícil para mí. Mi primera meditación hice cuando tenía 18 años. El mes que no dormí estaba a dos meses de cumplir 52. Muchos años de práctica y reflexiones, pero aun así no lo acababa de entender de todo.
Me acuerdo que una vez en una clase de Okido yoga la profesora decía, ‘no intentas no pensar, pero simplemente no prestas atención a lo que te viene a la mente. Hay que ver los pensamientos como una nube al cielo. Miras al cielo azul y dejas que la nube está allí pero no le prestas atención’. Me aclaraba mucho porque meditando siempre intentaba vaciar mi mente, estar en blanco y no lo conseguía casi nunca.
Con la información de ese día me podía relajar más meditando, pero aun así seguía pensando cuando meditaba y no lo debía hacer.
En mi mes de no dormir si lo entendí. No era grave que seguía pensando en algo mientras meditaba. Simplemente tenía que dejar de dar a cualquier cosa que venía a mi mente importancia. Que dormía no importaba. Que no dormía tampoco.
Aprendí el estado de solamente ‘estar’. Estar y observar, sin juicio y sin preferencia.
Necesito dormir 8 horas (dice mi ego). Si no duermo puedo ponerme de mal humor o decidir no hacerlo,
Solo estaba allí respirando, observando mi respiración. Estaba viva. Estuve toda la noche respirando y cuando llegaba la luz de la mañana me levantaba y me sentía descansada.
No cada noche estaba en paz. Algunas noches pasaba horas peleando con mi rabia, mi frustración e impotencia. Pero cada vez me tenía que rendir. La lucha no me traía soluciones.
13/12/2020
¿Qué es un vector? (¿Por qué me llega esta pregunta a la mente cuando me despierto en medio de la noche?)
El diccionario dice que en psicología el significado de un vector es la fuerza o elemento que influye en el comportamiento de la persona. Un ejemplo para entender mejor la palabra. «El hacer del hombre puede ser inhibido a través de uno o de los dos siguientes vectores: por la situación o por sí mismo»
13/12/2020
El tiempo es una joya. No lo agarras, disfrútalo. Déjalo pasar y todo lo necesario sucede.
No quiere decir que tengamos que ser pasivos. El tiempo enseña y da posibilidades. Si estás enfocado en lo que tú o tu ego quiere, se puede no ver lo que el flujo de tiempo te ofrece en abundancia. Hay que soltar el propio querer para poder recibir lo que ni nuestra mente puede imaginar.
15/12/2020
Hay tantos árboles como pulmones en el mundo.
No se puede ir corriendo de sus problemas. Estás atado a ellos. Hay que solucionar los problemas y dar la vuelta a la situación. Respira.
Estoy sentada respirando, observando el movimiento que hace la respiración en mí. Respirando profundamente. Concentración. Cansancio. Estoy tumbada respirando observando cómo se mueve mi tripa. Respirando profundamente. No desesperarme. No llorar. No frustración, pero seguir enfocándome. Llega la mañana. Me levanto y estoy bien. Echo de menos no haber dormido bien pero el día me espera. Gracias, Gracias, Gracias nuevo día.