Esta foto, que llevo guardada desde hace mucho tiempo, me ha dado mucho en qué pensar. Su significado es simple pero poderoso. Muestra una escena tan cotidiana, pero con un mensaje profundo, uno de los columpios dice al otro «lo haces al revés». ¿Cuántas veces nos hemos encontrado en situaciones similares? Situaciones en las que juzgamos a alguien simplemente porque hace algo de una manera distinta a la nuestra.
Es un reflejo perfecto de cómo funcionamos a veces como seres humanos. En nuestra necesidad de ordenar el mundo y de validar nuestra perspectiva, asumimos que nuestra forma de hacer las cosas es la única correcta. Sin embargo, esta imagen nos recuerda que, en la mayoría de los casos, no hay una única manera de hacer las cosas bien. Lo que parece «al revés» desde un punto de vista, desde otro puede ser perfectamente lógico, válido, o incluso más adecuado.
Pensemos en todas las veces que hemos criticado, quizá sin mala intención, pero con la convicción de tener la razón. ¿Cuántas veces hemos señalado «lo estás haciendo mal» cuando, en realidad, simplemente era diferente? Este columpio nos invita a la reflexión y a la humildad. A aceptar que hay múltiples caminos hacia un mismo fin y que nuestra perspectiva no es la única que importa. Nos recuerda que la diversidad de enfoques no solo es enriquecedora, sino también esencial para comprender y convivir.
Más aún, es una lección de tolerancia y de empatía. Porque al detenernos un momento para observar, comprender, y abrir nuestra mente, podemos darnos cuenta de que, en lugar de competir por quién tiene la razón, podemos aprender algo nuevo.
Al final, no importa nada si se columpia hacia adelante o hacia atrás, sino que ambos están disfrutando del movimiento, cada uno a su manera.
Esta foto sigue siendo, para mí, un recordatorio constante. Cada vez que la veo, pienso en cómo puedo ser más abierta, más comprensiva, y menos rápida en emitir juicios. Porque, en el fondo, las diferentes formas de ver el mundo no son obstáculos, sino oportunidades de crecimiento mutuo.
