¿Cómo puede permitir una sociedad, que/sí se preocupa por sus miembros, las salas de juego?
Está escondida detrás de una puerta negra, la sala mágica. Oscura, secreta, con lucecitas, misteriosa… algo atrae la atención del visitante.
Muchos entran y se divierten un rato gastando su propina del domingo o algo suelto de sus bolsillos. Un poco de suerte los anima a seguir hasta que sus ricas monedas están todos tragadas por las máquinas hambrientas. Con risas salen a la calle, agradeciendo el rato de diversión… olvidan y siguen su camino.
Juego inocente que no es inocente. Uno de la tropa se fija en la ganancia y cree que, con alguna estrategia, algo de suerte y tiempo puede llenar allí sus bolsillos. Así que vuelve. Está vez solo. Va solo para poder hacerlo de su manera lista.
Se siente seguro y empieza a jugar como ese día con sus amigos en que él ha sido el único que ha salido con más dinero de lo que tenía cuando entraron.
La suerte está con él. Estaba…
Se concentra mucho. Sabe entender las máquinas. Gana algo. Pierde algo. No va tan bien como la primera vez, pero no pasa nada. Sabe que no siempre va bien a la primera. La regla es no rendirse.
Vaya…ha gastado todo lo que tenía con él. Puede coger algo de su cuenta de ahorros. Está bien, solo un poquito.
Sigue horas intentando. No consigue lo que quiere. Hoy no va bien, va un poco mal.
Vueltas a la cabeza, preocupación. No entiende lo que ha pasado, pero no pasa nada. Mañana volverá y lo recuperará.
Vuelve el día siguiente a recuperar lo perdido… Qué frustración, va mal, la cuenta de ahorro está algo más pelada.
Ya no duerme bien. Sus pensamientos se adelantan al día siguiente. Mañana lo conseguirá.
¿Puedo coger algún crédito? Solo poco… Para recuperar lo perdido.
La mente embrujada, confundida. Un ser humano perdido. ¿Como ha llegado allí? Él ya no lo entiende. Solamente quiere recuperar lo que le han quitado. Qué vergüenza. Tiene que conseguirlo.
Pasan días, semanas, algunos meses. Con suerte ha aprendido una lección muy cara. Pocos tienen suerte.
Y pensar en los que ganan en las salas o la lotería. Es un sueño de todos que para muchos que lo consiguen, tampoco parece ser una maravilla. Es un cambio brusco en la vida cotidiana que la mayoría ni sabe llevar. En muchos casos esa suerte tampoco da suerte.