Empezar a meditar no ha sido nada fácil para mí. Sentí mucha resistencia, física, mental y emocional, como si algo en mí se resistiera a obedecer un deseo profundo que tenía. En otras palabras, mi ego y mi creencia de que yo sabía cómo vivir bien mi vida peleaban con los consejos que me daban y la información que leía. Pero tenía el deseo de no vivir controlada por mi mente, sino por una paz interior que sentía que estaba dentro de mí.

Además, mi mente siempre ha sido muy activa, generando numerosas ideas, creatividades, opiniones y reflexiones. Detener mi mente parecía equivaler a perder esta riqueza. En ese momento, no tenía idea de que, desde el silencio, el corazón, el espíritu y el alma, la producción creativa es superior. No necesariamente en palabras, sino en la comprensión de posibles conclusiones. Es como reducir la cantidad de vueltas y análisis, permitiendo que el proceso fluya desde el silencio por sí mismo.

Antes, solía prestar atención a todas mis conversaciones internas, a veces con distintas voces debatiendo en mi mente, tranquilizándose poco a poco para retener únicamente la información esencial. Ahora, simplemente planteo preguntas breves y pido que desde el silencio llegue la respuesta adecuada para mí en ese momento de mi vida. Y funciona. Puedo ocuparme de mi vida con tranquilidad y disfrutarla, y en el momento en que menos lo espero, las soluciones o conclusiones deseadas llegan a mi mente.

Nunca me he sentido muy inclinado a meditar formalmente, y hasta el momento, no lo he adoptado plenamente. Prefiero practicar la meditación de manera informal, ya sea caminando o quitando las malas hierbas del huerto, mientras como o bañándome. Admito que siempre he tenido una tendencia a ir a contracorriente, me cuesta seguir reglas que no se sienten cómodas o correctas para mí.

Si también eres una persona inquieta a la que le resulta difícil sentarse en silencio, te animo a buscar tu propia forma de explorar tu interior y encontrar tu propio ritmo. El objetivo es alcanzar la calma y estar completamente presente en lo que estás haciendo en el momento actual. El camino se puede recorrer de muchas maneras.

El resultado de mis muchos años buscando y practicando la meditación y el mindfulness está descrito en los posts anteriores. Ya no soy la misma persona que antes. Mis comportamientos han cambiado mucho y continúan cambiando cada día. Más tranquilidad. Más satisfacción con el día a día. Más amor propio, y amor y comprensión por los demás. Más enfoque hacia el interior, lo que hace que los asuntos externos sean percibidos como tales.

La vida se ha vuelto más simple.

Agradezco la vida.

 

Suscríbete a mi blog

Contáctame

+34 619 04 27 60
cleo.h.999@protonmail.com