El Poder del Perfeccionista.
La mayoría de las personas con alta sensibilidad se identifican como perfeccionistas. Queremos ser «perfectos» y hacer todo lo posible para que nuestras acciones también lo sean. Sin embargo, estas aspiraciones, aunque nobles, pueden ser agotadoras e inalcanzables. El Perfeccionista dentro de nosotros es solo una faceta de nuestra personalidad, al igual que el Crítico Interior, el Pensador Racional, el Trabajador Imparable, y el Complaciente, entre otros. A veces, estas voces pueden ser tan fuertes que nos obstaculizan y sabotean, impidiéndonos tomar el control de nuestra vida.
¿Qué busca el Perfeccionista? Su objetivo es que todo lo que hacemos, decimos y logramos sea perfecto según una imagen ideal que nos hemos propuesto. Nos insta a vestirnos de manera impecable, a mantener una figura envidiable, a ser padres perfectos, a obtener siempre las mejores calificaciones, a tener un jardín perfecto y una casa siempre ordenada y limpia. Nos exige expresarnos correctamente en cada situación, ser siempre coherentes y actuar de manera ética.
Muchos altamente sensibles desarrollan un Perfeccionista fuerte para compensar una autoestima baja. Quienes han recibido mensajes como «Hay que ser más fuerte», «Ser débil no lleva a ninguna parte» o «Si lloras, me avergüenzas», intentan demostrar su valía al mundo, otorgando mucho poder al Perfeccionista para evitar sentirse mal.
El Perfeccionista interior no tolera críticas porque busca la perfección. Para evitar críticas, nunca puede descansar, ya que la perfección es un proceso continuo. Acabas de limpiar tu casa y siempre ves algo que no está perfecto. Te peinas, pero el viento desordena tu cabello. Sacar un diez está bien, pero la próxima nota no puede ser menor.
La pesadilla del Perfeccionista es la crítica. Este estrés le impide disfrutar del presente y mina su autoestima.
El primer paso para transformar al Perfeccionista es identificarlo. Esto puede parecer obvio, pero no lo es tanto si estamos acostumbrados a dejar que nos mande. Al final del día, revisa los momentos en que el Perfeccionista determinó tu conducta o te hizo sentir mal por algún comentario o mirada. Observa estos momentos y emociones para encontrar cuándo cediste el control al Perfeccionista. Y transformamos al Perfeccionista en un Aliado
Recuerda que el objetivo del Perfeccionista es ayudarte a sentirte bien y valorado. No es una parte negativa de ti. Sin embargo, su poder excesivo puede ser contraproducente. Necesitas disfrutar y relajarte sin preocuparte por la perfección en todo momento.
Conecta con la parte opuesta del Perfeccionista, como el disfrutar y el relajamiento. Imagina estas facetas ganando fuerza y equilibrando tu interior. No intentes suprimir al Perfeccionista, simplemente habla con él. Agradécele su ayuda y esfuerzo por motivarte a ser excelente, pero pídele que permita a la relajación tomar su turno. El Perfeccionista no es tu enemigo, sino un aliado que ha tomado más poder del que necesitas en este momento. Mantén el equilibrio entre tus facetas para que tu Yo pueda manejar las riendas de tu vida.
Es tú vida, y encontrar ese equilibrio te permitirá disfrutarla plenamente.