El miedo al fracaso relacionado con tareas percibidas como imposibles es un fenómeno común que afecta tanto a niños como a adultos, generando una presión que a menudo es difícil de gestionar y que puede dejar huellas profundas en la autoestima y el sentido de logro personal. En la crianza, los niños reciben una serie de responsabilidades, desde pequeñas tareas domésticas hasta actitudes o comportamientos deseados. Mientras algunas tareas tienen un criterio claro de éxito o fracaso, como ordenar una habitación o completar los deberes, otras son más ambiguas y difíciles de medir, como “sé fuerte” o “da siempre lo mejor de ti”. Este tipo de tareas imposibles pueden sembrar la inseguridad, pues es complicado para el niño saber si está cumpliendo las expectativas o fracasando en el intento.
‘’Da siempre lo mejor de ti.’’
Esta instrucción suele centrarse en el esfuerzo más que en el resultado, lo cual puede ser confuso. Un niño puede esforzarse al máximo y aun así no alcanzar un buen o esperado resultado, lo que genera una frustración que se arrastra con los años. Cuando el resultado no corresponde al esfuerzo, el niño puede preguntarse por qué intentarlo si no es suficiente. En la adultez, esta mentalidad puede llevar a que las personas se exijan demasiado, poniendo en segundo plano su bienestar y esforzándose sin pausa, sin saber nunca si lo que han hecho ha sido «suficiente».
.‘’Hazme un favor.’’
Esta tarea implica la satisfacción de las expectativas ajenas. En la infancia, el deseo de complacer a los padres o educadores puede hacer que el niño crezca preocupado por agradar a los demás, temiendo siempre decepcionar. Esto se traduce en una necesidad constante de aprobación y una ansiedad social que hace casi imposible relajarse y vivir según sus propios valores. Al intentar satisfacer a todos, estas personas suelen experimentar ansiedad y una constante sensación de que, por más que se esfuercen, nunca lograrán complacer a todos.
‘’Sé fuerte.’’
Esta instrucción suele implicar la represión de emociones y la idea de que mostrar vulnerabilidad es inaceptable. Las personas que crecen con esta exigencia ocultan sus sentimientos incluso en momentos de gran tensión, aparentando estar siempre en control. Sin embargo, reprimir las emociones puede llevar a problemas físicos, como dolores de cabeza, o a explosiones emocionales en momentos inoportunos, lo que refuerza el miedo al fracaso al sentir que no son capaces de controlar completamente sus emociones.
‘’Date prisa.’’
La tarea de “darse prisa” genera en el niño un sentido de urgencia constante que le impide disfrutar del momento presente y le hace saltar de una actividad a otra sin pausa. Estas personas viven bajo una presión autoimpuesta, preocupándose más por cumplir con los tiempos que por la calidad de lo que hacen. Cometen errores con frecuencia y rara vez experimentan satisfacción al completar una tarea, pues ya están pensando en la siguiente, atrapados en una carrera interminable.
‘’Sé perfecto.’’
Cuando un niño crece bajo la exigencia de ser perfecto, cada error se convierte en una fuente de ansiedad y vergüenza. Esta carga hace que sea difícil comenzar nuevas tareas, pues el miedo a equivocarse paraliza la acción. La perfección se vuelve un estándar inalcanzable que, lejos de motivar, inmoviliza. Así, las personas que crecen bajo esta presión tienden a procrastinar y a sentirse insatisfechas con cualquier resultado que no sea impecable, lo que las lleva a temer constantemente el fracaso.
Estas tareas imposibles instauran en los niños la idea de que deben cumplir con estándares inalcanzables para ser aceptados o valorados. Esta presión lleva a que los niños se vuelvan adultos inseguros, dudando de sus capacidades y siempre esperando el fallo en lugar de disfrutar de sus logros. Entender estas dinámicas y reconocerlas es crucial para poder liberarse de estas expectativas irreales, enfocarse en metas alcanzables y construir una autopercepción basada en el progreso y no en la perfección. Al hacerlo, es posible reducir el miedo al fracaso y fomentar una autoestima más sana y estable.